Cultura y Educación
¿Por qué el cerro Catedral lleva ese nombre?
Quizá se trate del topónimo en castellano más antiguo de la región, aunque su persistencia estuvo en peligro.
Esquiador en uno de los filos del Catedral. Colección Lamuniere en Archivo Visual Patagónico.
El 50 por ciento de los titulares que refieren a la temporada de invierno en curso hacen alusión al estado de sus pistas, al funcionamiento de los medios de elevación, a cómo está la ruta de acceso y a otros pormenores que confirman su protagonismo absoluto. En verdad, nadie descubre la pólvora si afirma que del estado del cerro Catedral y sus pistas depende la bonanza invernal, pero quizá despierte curiosidad que la montaña donde se asienta el complejo de esquí más importante de Sudamérica estuvo a punto de llamarse de otra manera. Por otro lado, es muy probable que la denominación que perduró sea la más antigua de la zona en lengua castellana.
En efecto, su designación reconoce muy larga data, ya que se produjo a fines del siglo XVIII, cuando todavía la Argentina no existía y casi nadie en Buenos Aires soñaba con aventurarse hasta aquí. El cerro alcanza 2.388 metros sobre el nivel del mar y como todos sabemos se ubica al oeste del lago Gutiérrez. Según afirmó Juan Martín Biedma en su “Toponimia del Parque Nacional Nahuel Huapi” (Editorial Caleuche – 2004) fue el sacerdote Francisco Menéndez quien en su primer viaje por la zona (febrero de 1791) comparó las agujas de piedra con las alturas un templo religioso.
Según el investigador argentino, el religioso de origen español “divisó un cerro a la izquierda de un abra que Fonck identifica con el brazo oriental del lago Mascardi”. El viajero escribió “cerro con mogotones que parecen torres de Catedral”. La palabra en cuestión (mogotón) cayó en desuso, no figura en los diccionarios y el apellido que aparece en el relato hace referencia a Francisco, alemán que se radicó en Chile y que, por su parte, llegó al Nahuel Huapi proveniente del occidente cordillerano en 1856.
Para la jornada del 27 de febrero, anotó el sacerdote que había partido de Chiloé: “Por la mañana seguimos al este y a corta distancia encontramos un cerro redondo a cuya falda se hallan unos prados, y desde el más alto descubrimos dos lagunas al este, y otra al sur. Esta tendrá cuatro cuadras y las otras son más pequeñas. A la izquierda de la abra (sic) del este se ven sobre un cerro unos mogotones que parecen torres de una Catedral. También se divisa una pampa muy dilatada después de un cerro sin árboles y el pie un hoyo que presumo será derrumbo”.
El presente del cerro que puso llamarse Monte Pilato. Foto: IG CAPSA.
Durante su primer viaje, el religioso y sus hombres no pudieron avanzar mucho más. Se habían propuesto llegar al lago por el antiguo paso que transcurría al sur del Tronador, pero con suerte infructuosa. Además de protagonizar su propia excursión unos 60 años más tarde, Fonck fue editor y comentarista de los diarios de marcha que legó Menéndez. Como una de sus notas al pie incluyó: “la pampa dilatada que el autor divisa desde el cerro Redondo es, según parece, el valle Vuriloche de Steffen al pie del paso Barros Arana”.
Pelado en la cima
Federico Emilio Juan Steffen fue otro alemán al servicio de Chile, pero en los tiempos de las comisiones de Límites, es decir, últimos años del siglo XIX y primeros del XX. Según su compatriota, “el cerro sin árboles” que había divisado Menéndez “será tal vez el mismo yugo de este paso, que es pelado en la cima, o el último contrafuerte del Tronador que se junta con él y a cuyo pie se halla” aquel “hoyo que presumo ser derrumbo”. Para Fonck sería “el ventisquero que desciende de aquel macizo”.
Según el alemán que se radicó en Puerto Montt, “este ventisquero análogo al ventisquero del río Frío, por conducir ambos las nieves de la pendiente oriental del Tronador, ocupa una posición bien determinada que sirve de punto fijo para orientarnos”. Siempre según sus apreciaciones, con el “abra del este” se refirió el sacerdote a “la depresión del brazo oriental del lago Mascardi y su continuación hacia el lago Nahuelhuapi” (sic).
“La otra abra que principia a diseñarse desde aquí, la del sudeste, es probablemente la hondonada que encierra el brazo occidental del Mascardi y el valle Grande del Sur”. Durante su propia expedición, que sucedió a la de Menéndez 64 años después, Fonck le impuso al cerro el nombre de Monte Pilato, por su semejanza con uno de ese nombre que existe en Suiza. Pero, por entonces, desconocía la existencia de los diarios de viaje del religioso.
Décadas después de su viaje, con el que llegó hasta Península San Pedro, tuvo chances de introducirse en los textos de su predecesor y admitió que debía prevalecer la sugerencia del sacerdote: cerro Catedral. De todas maneras, advirtió Biedma que “es muy difícil precisar si el Catedral de Menéndez coincide con el actual Catedral. Por lo pronto Fonck lo hace coincidir con un cerro que él bautizó Pilato y que no era otro más que el actual cerro López”.
En la base alrededor de 1955. Colección Sinner en Archivo Visual Patagónico.
Además, para complicar más las cosas, “en su mapa, Fonck ubica dentro del grupo del Monte Pilato, un Pico Catedral que podría coincidir con el actual cerro homónimo”, especuló el autor argentino. La primera edición de su investigación se publicó en 1967 a través de la entonces Dirección de Parques Nacionales. De todas formas, “sea el actual (cerro) continuación del monte bautizado por Menéndez o no, este topónimo es de antigua data y uno de los que mejor cuadran al accidente designado”.
En efecto y según sumó Biedma, “las innumerables agujas y torres que coronan su filo, evocan con propiedad el techo de una catedral gótica”. Al menos, la denominación es más simpática que aquella suiza en homenaje (¿?) al gobernador romano de Judea que dispuso la muerte de Jesús de Nazaret. Fonck publicó su trabajo sobre los diarios de Menéndez en 1899. Tres años antes, un integrante de la Comisión de Límites, C. Schiorbek, había trepado “el pico oeste del cerro” que, por entonces, todavía no recibía su denominación definitiva. No nos fue posible encontrar datos sobre aquel andinista pionero.