La expansión de especies exóticas preocupa a las autoridades de la región. Al pino y al jabalí, se suma la campaña por el visón americano, otra especie que afecta la flora y fauna local.
El visón se expande cada vez más en Bariloche.
El visón americano (Neogale vison), una especie semiacuática de mustélido originaria de América del Norte, ha sido introducida por el ser humano en diversas regiones del mundo, incluidas Europa, Asia y América del Sur. Su llegada a la Argentina tiene raíces que se remontan a casi un siglo atrás, cuando la moda de los abrigos de piel impulsó la proliferación de criaderos en todo el planeta.
“En los años treinta del siglo pasado, en la Argentina hubo incluso políticas gubernamentales que impulsaron la apertura de esos establecimientos”, explica el investigador Fasola. Un estudio de 2014 detalla que, específicamente en el caso del visón, el Ministerio de Agricultura promovió su crianza para diversificar la economía rural. Así, el sur argentino se convirtió en un polo importante para la industria peletera, con granjas que albergaban hasta 30.000 animales.
Sin embargo, no todas las granjas contaban con los niveles de seguridad adecuados. Los escapes frecuentes de ejemplares y, más tarde, el cierre de criaderos fracasados (donde los animales eran liberados sin control) originaron poblaciones silvestres que hoy representan un serio problema ambiental.
En diálogo con El Cordillerano, el secretario de Planeamiento del Municipio de Bariloche, Alfredo Allen, expresó su preocupación por la presencia de la especie en bosques nativos y zonas urbanas.
“Tenemos un problema muy grave con la invasión del visón americano. Es una especie invasora muy agresiva que ataca a las aves acuáticas, a los pichones, los huevos, a las truchas y a fauna ictícola como el pejerrey y el puyén. Se está perdiendo la diversidad de aves en Lago Moreno”, afirmó.
Agregó además que “el visón no es una especie nativa y fue liberado por un criadero que había en la zona”.
Allen también mencionó que el visón puede observarse actualmente “en la costa del Ñireco, en la desembocadura”, lo que evidencia su expansión territorial y su capacidad de adaptación a distintos ambientes de la región.
