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Prueba Aprender: el 55% de los chicos de tercer grado no alcanzó el nivel de lectura esperado
Según el informe del Ministerio de Capital Humano, más de la mitad de los estudiantes no logra la comprensión lectora prevista para la finalización del primer ciclo.
Los resultados de las pruebas “Aprender 2024”, que analizaron las habilidades de lectura de alumnos de tercer grado en todo el país, presentan un panorama preocupante para el sistema educativo. Según el informe del Ministerio de Capital Humano, el 55% de los estudiantes de tercer grado no alcanzaron los niveles de lectura esperados para su edad al culminar el primer ciclo. Esto resalta un desfasaje significativo en la alfabetización temprana que requiere medidas urgentes por parte de las autoridades educativas.
Este informe se dio a conocer durante el Congreso Nacional de Alfabetización para Supervisores, donde la Subsecretaria de Información y Evaluación Educativa, María Cortelezzi, expuso ante supervisores y autoridades educativas los desafíos por delante. La prueba fue realizada en noviembre del año pasado y abarcó a 91,042 estudiantes de 4,178 escuelas seleccionadas aleatoriamente a nivel nacional, tanto del sector estatal como privado, alcanzando una participación notablemente alta.
Durante el análisis, los estudiantes fueron revisados en su habilidad para leer palabras, enunciados y diferentes tipos de texto, además de haberse aplicado cuestionarios sobre su experiencia escolar contextual. Estos cuestionarios permitieron identificar patrones significativos que afectan el rendimiento, como el de brechas notables según el nivel socioeconómico y el tipo de gestión escolar, revelando disparidades severas entre estudiantes de distintas procedencias.
Del 45% de los estudiantes que alcanzaron el nivel lector esperable, un notable 26,4% comprendieron textos complejos tanto de manera literal, como inferencial y reflexiva. Sin embargo, el informe desentierra un fuerte contraste en el rendimiento basado en el tipo de gestión: sólo un 40% de los chicos de gestión estatal alcanzaron las competencias para su grado, mientras que en las escuelas privadas el porcentaje llegó al 62%.
Estos resultados, aunque preocupantes, ofrecen un marco para la introspección educativa y la formulación de políticas adecuadas. Urge una revisión principalmente en contextos de gestión pública y sectores socioeconómicos bajos, donde se destaca que el uso de bibliotecas y la lectura familiar todavía podrían mejorar significativamente.
En definitiva, los datos obtenidos deben servir como catalizador para reformas precisas que reduzcan estas desigualdades educativas que impactan negativamente el progreso académico de los estudiantes. La era digital presenta además nuevos retos, ya que un 83% de los estudiantes tiene acceso a dispositivos móviles, fenómeno que debe ser incorporado estratégicamente en el proceso educativo para fomentar la lectura y atención integral de los niños. Tanto el Ministerio de Capital Humano como las entidades educativas deben agilizar esfuerzos para garantizar equidad en la enseñanza a nivel nacional.