Edith Riffo reconoció que hoy no sabe si hizo bien o no al llegar a un acuerdo de juicio abreviado por la muerte de su hijo, Jorge Delgado, tras recibir tres disparos en el barrio 29 de Septiembre. “En ese momento de alguna manera necesitaba darle un cierre a ese tema y entonces accedimos a un abreviado”, contó.
Uno de los involucrados fue condenado a 10 años y el otro a 5. Se trata de Angel Sierpe quien se encuentra prófugo hace una semana. “También entiendo que como es de público conocimiento los penales están desbordados, entendí y me quedé a la espera de que esta persona, se quedara en su domicilio, gozando de los beneficios de estar en su casa, con su familia, más allá de que me decian que tenía una tobillera, la calle habla y lo tenés que tomar con pinzas“, expresó.
Dijo sentirse afectada y recordó que cuando pasó lo que pasó se había dado a la fuga y fue detenido el 1 de enero. “Hoy me pregunto hasta cuándo son los derechos de él y cuándo empiezan los míos, esta persona está prófuga; puede ser que esté armado, como estuvo aquella vez cuando lo mató a mi hijo, los testigos de aquel episodio dieron fe de que es una persona peligrosa, es completamente adicto y violento“, remarcó.
Se escapó hace una semana por lo que “creo que tenía mi deber como ciudadana y como madre de informar que está prófugo”. Consultada respecto a la tobillera dijo que “nunca creí en la tobillera, en su momento lo vieron y me acerqué a la fiscalía a preguntar por qué era que lo habían visto, me dijeron que había participado de un velatorio de un familiar, que no me preocupara porque estaba con la tobillera, pero la calle habla”.
Expresó que quería tener fe que esa tobillera funcionaba, pero luego cuando se volvió a enterar le dijeron que esa tobillera estaba sin batería, “ahora supuestamente se arrancó la tobillera“.
Sostuvo que hoy por hoy supuestamente lo están buscando pero “no había visto ningún aviso en ningún medio y esa fue mi bronca, esperaba que a una semana fuese público”.
“Llegó un momento que sentí que me están tomando el pelo pero creo que estoy en mi derecho y voy a seguir hasta las últimas instancias. no sé si está en Bariloche, si se fue a El Bolsón o a Chile o si se fue a Comodoro, donde tiene familiares”, aseguró y recordó que le dieron 5 años y hace uno que está libre.
Lamentó que a uno le dieron 10 años y al otro 5 e insistió en que seguirá hasta las últimas conescuenciasa porque siempre sostuvo que hubo más involucrados. “Es una sensación de que hay gente atrás de esto y no fueron ellos dos, voy a seguir, ahora mi objetivo es que encuentren a Angel Sierpe y voy a seguir con el que tenga que ver y demás”, insistió.
Recordó que su hijo tenía 32 años, papá de una nena, muy conocido y con muchos amigos. “Lamentablemente eligió su camino por ahí, por la droga, fue una elección de vida pero como hijo era excelente y como papá adoraba a su hija y como amigo, tenía muchísimos amigos que hasta el día de hoy lo extrañan”.
Agradeció a todos sus amigos que aún hoy están, con un mensaje o una llamada. Lamentó que “esto data de hace muchos años, no es que empezó y se terminó con mi hijo, son las consecuencias lamentablemente, con treinta y pico de años fue una elección de vida, igualmente lo veías y no te dabas cuenta, no era una persona que estaba perdida, estuvo en tratamiento y demás, hoy yo como mamá lo tengo que ver en uan foto y así tambíen mi nieta, sus amigos, los abuelos y todos los que lo quisimos”.
Dijo sentir bronca e impotencia porque “este otro me está tomando el pelo”, pidió a la comunidad que esté atenta y quien esté ayudándolo que lo piense, porque está ayudando a una persona que está profuga de la justicia por un delito que cometió.
El Hecho
El hecho se desencadenó el 11 de diciembre de 2021, por la tarde, en una esquina del barrio 29 de Septiembre. En esa oportunidad, y luego de acordar reunirse en ese lugar, Carrillo y Sierpe habían decidido “intimidar” a la víctima para que no les reclamara el pago de una deuda vinculada a un negocio relativo a drogas ilegales. Para cumplir su objetivo habían llevado armas de fuego.
Luego de mantener una discusión, uno de los acusados atacó a la víctima mediante golpes de puño, y luego extrajo de entre sus ropas un arma calibre 38 con la que efectuó tres disparos que impactaron en el cuerpo de la víctima.
En tanto que el otro hombre no participó activamente en la agresión a la víctima y, según el relato de la fiscal, no tuvo voluntad de cooperar en el homicidio sino exclusivamente en las amenazas.