Rompió la vidriera de un comercio y sustrajo perfumes y dinero en efectivo.
Un joven delincuente, de 27 años, quien recientemente había recuperado su libertad, decidió arrojarse nuevamente al mundo delictivo, esta vez en el barrio bonaerense de Chacarita. La historia, extraída de los archivos policiales, revela una oscura trayectoria de hechos ilegales que, lamentablemente, no parecen terminar.
Sólo unas horas después de haber sido liberado, el individuo tomó parte en un asalto a una perfumería. Acompañado de un cómplice de 36 años, ejecutaron un robo en el que se llevaron varios perfumes y dinero en efectivo, tras romper la vidriera del establecimiento. La acción no solo dejó al descubierto la facilidad con que se puede volver al crimen, sino también la eficacia del sistema de vigilancia urbana, que resultó crucial para la pronta detención de los delincuentes.
Inmediatamente después del suceso, el gerente de la perfumería reportó el incidente en la Comisaría Vecinal 15A. Las autoridades rápidamente tomaron cartas en el asunto con la ayuda de grabaciones suministradas por el Centro de Monitoreo Urbano (CMU). Estas pruebas permitieron identificar a los culpables, quienes se habían refugiado en el reconocido Barrio Fraga, y facilitó una celera operación por parte de la Policía de la Ciudad para capturarlos.
Las imágenes del CMU funcionan como un testigo mudo, pero contundente. A través de estas, se esclareció la dirección de la fuga, orientando la acción policial hacia la detención inmediata de los responsables. A pesar de no haber hallado los objetos robados durante las aprehensiones, el proceso resultó en la detención del principal sospechoso. Sin embargo, cuando fue detenido, el joven adoptó una actitud agresiva, llegando incluso a destruir parte del patrullero en un acto de frustración y resistencia.
La corta odisea de quimeras delictivas concluyó con la captura también de su cómplice, quien, al igual que el primero, posee un extenso prontuario que incluye al menos 21 antecedentes penales por robos y hurtos.
