Con apoyo de agencias de inteligencia de Estados Unidos, Israel e Italia, la gestión accedió a información sobre el paradero y estado de Nahuel Gallo, arrestado en diciembre tras cruzar la frontera desde Colombia.
En un contexto internacional delicado, el Gobierno argentino continúa dedicando todos sus esfuerzos a la liberación de Nahuel Gallo, el gendarme apresado en Venezuela desde diciembre pasado. Involucra en esta cruzada a aliados poderosos como Estados Unidos, Israel e Italia, que están proporcionando una valiosa asistencia a través de sus agencias de inteligencia, como la CIA, el Mossad y la AISE.
Estos actores internacionales han permitido confirmar que Gallo, efectivamente, se encuentra en ‘El Helicoide’, instalaciones del SEBIN en Caracas, ofreciendo así un rayo de esperanza al comprobarse el buen estado físico del detenido.
A pesar de las severas tensiones políticas que persisten entre Argentina y Venezuela, la administración del Gobierno argentino se ha enfocado en procurar una solución diplomática. La ausencia de relaciones bilaterales no ha sido un impedimento para explorar vías indirectas y alternativas, contando con la colaboración tangible de la comunidad internacional, que ve con importancia estratégica el caso de Gallo.
Específicamente, se refuerza la creencia en una salida negociada tras la intervención activa de Estados Unidos, que recientemente ayudó en la liberación de cinco opositores venezolanos que se encontraban protegidos en la embajada argentina en Caracas.
En medio del frío escenario diplomático, los alentadores avances en comunicación con los aliados animan la perseverancia del Gobierno argentino por traer a casa al gendarme argentino, promesa comprometida profundamente desde los más altos niveles gubernamentales.
Una imagen difundida el 3 de enero desató reacciones divergentes sobre el estado real de Gallo, pues aunque proporcionó una referencia visual, el Gobierno argumenta que era “una puesta en escena” y destaca la necesidad constante de una prueba de vida verificada y contundente.
Este hecho revela que los desafíos y dudas siguen vigentes, pero no han menguado el impulso decidido de la campaña por la liberación de Gallo.
