Sobre los hechos sucedidos el año pasado.
Un lamentable hecho que impacta en toda la sociedad barilochense / Foto ilustrativa Facu Pardo
El juez Marcos Burgos homologó el acuerdo de juicio abreviado que plantearon la fiscalía, la defensa y el propio acusado. Así, impuso una condena de seis meses de prisión de ejecución condicional, sujeta al cumplimiento de pautas de conducta al sujeto que se declaró culpable.
El 4 de septiembre de 2024 probablemente resulte inolvidable para tres niñitos de 10, 6 y 3 años de edad. El nivel de agresión de parte del acusado, un hombre de 56 años oriundo de la localidad bonaerense de Tigre, superó los antecedentes que aún estaban latentes en su retina y en sus pieles.
La fiscala adjunta Daniela Ortíz Celoria, le atribuyó un hecho ocurrido en el interior del domicilio en que la mujer vivía con sus tres niños. La escena comienza con una salvaje agresión al mayor de los pequeños, que se desvió momentáneamente a la madre, cuando ésta quiso proteger al chico.
Esa distracción del acusado permitió que el niño escape hacia el piso superior de la propiedad, pero el acusado lo alcanzó y reeditó la golpiza luego de apartar brutalmente y también provocarle lesiones, a la niña de 6 años que también intentó proteger a su hermano agredido.
Nuevamente la intervención de la mujer logró poner a resguardo a los menores, corriendo por la escalera y saliendo de la propiedad por una ventana, para finalmente introducirse junto a los pequeños en el interior de un vehículo estacionado en el predio, desde donde llamaron a la policía.
Ortíz Celoria describió que además de las lesiones de carácter leve que provocó a las víctimas, el hombre también estaba acusado por la desobediencia a la orden judicial de prohibición de acercamiento y contacto que le habían impuesto previamente.
De acuerdo a los informes agregados al caso por los profesionales intervinientes, la situación fue evaluada como de riesgo elevado.
La fiscalía ofreció un juicio abreviado a cambio de 6 meses de prisión de ejecución condicional, con el cumplimiento por dos años de pautas de conducta de rigor y apoyó su posición en el consentimiento brindado por la víctima, más allá de señalar que fue amedrentada por allegados del acusado y aún está atemorizada.
El defensor oficial Marcos Miguel ratificó la petición fiscal. Refirió haber cotejado el legajo y haber tenido acceso a toda la evidencia, la cual producida en un juicio oral podría implicar una condena por un monto de pena mayor en perjuicio del acusado, por lo que también aconsejó a su asistido aceptarlo.
Finalmente el propio acusado se declaró culpable y aceptó la condena planteada, comprometiéndose a retirarse inmediatamente hacia Buenos Aires, para establecer allí su domicilio.
