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Todos vivimos de Los Barreales: de un lago de Neuquén depende todo el Alto Valle
Es el reservorio de agua para abastecer el sistema de riego y para abastecer de agua potable a Cinco Saltos y Neuquén.
La empresa Aconcagua invitó a un grupo de periodistas a conocer el corazón del complejo de represas que da vida a todo el Alto Valle. Sus técnicos explicaron los cálculos y previsiones que deben efectuar cada año para que se garantice el agua de riego y de consumo aguas abajo. También el rol que cumple este sistema de embalses para evitar grandes inundaciones por las crecidas excepcionales del río Neuquén.
Cerros Colorados se llama al complejo de las 4 obras civiles que regulan las aguas: La primera es Portezuelo Grande, que deriva las aguas al lago Los Barrales, la segunda es el dique Loma de la Lata que permite manejar el flujo entre Los Barreales y el lago Mari Menuco. Desde este espejo de agua se genera una caída de 70 metros, hasta la represa Planicie Banderita, donde se instalaron dos turbinas que permiten generar 486 MW.
Por último, se encuentra el dique compensador de El Chañar, que recibe el agua ya turbinada y la regresa al cauce natural del río Neuquén.
Los detalles del funcionamiento de la central eléctrica, el manejo de aguas y las obras civiles fueron brindados por Sergio Sánchez, Director de Operaciones, Gastón Gualda, Director de Operaciones del Complejo Hidroeléctrico Cerros Colorados, y por Verónica Herrero Capitanich, Jefa de Obras civiles e hidráulica.
Todo depende del clima. Si los pronósticos extendidos hablan de un año húmedo, se van vaciando las represas para recibir las crecidas, pero si de pronto no se dan las lluvias o nevadas esperadas, puede llegar la época de verano con poca agua. Ese es un momento crítico, porque se debe garantizar al dique Ballester, del que depende todo el riego del Alto Vale, un mínimo de 150 metros cúbicos por segundo.
Pero aguas arriba el río Neuquén a esa altura del año es de apenas 30 metros cúbicos, y como explicaron los técnicos ante la prensa, esos 30 metros cúbicos se evaporan por el calor del verano de los lagos. Entonces el balance es cero. Cuando esto ocurre, la reserva a la que se apela es el lago Los Barreales, del que depende entonces la vida aguas abajo.
El manejo es semanal y se va coordinando con la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), y con la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (CAMMESA), que es la que demanda la producción de energía.
Lo cierto es que la empresa debe garantizar (traiga o no traiga agua el río Neuquén) la salida desde el compensador de EL Chañar de unos 150 metros cúbicos por segundo. Esto se debe a que, unos 80 metros el dique Ballester los necesita para ser derivados al sistema de riego del Alto Valle, que se encausan por el canal principal y, luego de 121 kilómetros, termina en Chichinales.
Los restantes 70 metros cúbicos por segundo es lo mínimo que necesitan las plantas del Departamento Provincial de Aguas de Río Negro para captar el agua que abastece a las ciudades aguas abajo, como Cinco Saltos y Cipolletti.
Otro rol clave de este complejo es regular las crecidas del río, que fueron descriptas como “pulsos” o eventos de algunas horas de duración, pero que en el año 2006 estuvieron por hacer colapsar la represa de Portezuelo. Si eso ocurre, si el agua pasa por arriba del terraplén, al ser “presas de materiales sueltos”, se corre riesgo de que el muro colapse. En la crecida del año 2006, el Neuquén llegó a traer 10.347 metros cúbicos por segundo. La capacidad máxima del embalse es de 11.500 metros cúbicos por segundo.
En 2008 también el sistema estuvo al borde de su capacidad, porque “entraron en tres días, tres pulsos de 5.000 metros”, que se lograron derivar hacia Los Barreales. El Director de Operaciones explicó que “el Neuquén trae mucha agua cuando nadie la necesita”, como la del 2008 que ocurrió en el mes de mayo. Luego, en verano, el río trae tan poca agua “que se ven las piedras”.
Lo cierto es que el cambio climático suma incertidumbre a los cálculos. El caudal medio del Neuquén según la “serie histórica” fue de 313 metros cúbicos por segundo. Pero en los últimos 40 años bajó a una media de 280 metros cúbicos por segundo. Pero, con picos de mucho volumen de agua.
La empresa Aconcagua, como el resto de las operadoras, tienen contratada una red hidrometeorológica satelital, de la que depende en buena medida la vida aguas abajo. De ese modo se pueden hacer estimaciones de los flujos de agua en tiempo real. Antes, todo se hacía en base a series históricas y de las estadísticas.
“Los pronósticos, al contrario de lo que cree la gente, aciertan y mucho. Tenemos mucha certeza de lo que puede ocurrir de acá a 15 días”, aclaró Sergio Sánchez, al referirse a las estimaciones climáticas que se hacen desde la AIC.
“Nosotros tenemos que tener mucho cuidado de no quedarnos sin agua en verano”, explicó.