El pasado 29 de agosto, el Chimpancé Toti cumplió 34 años de vida, y los mismos años en cautiverio. Un fallo emitido por la Corte Suprema de Justicia dejó firme la sentencia que ordenó que sea llevado desde Bubalcó a un santuario de grandes primates en Brasil. Expertos internacionales están trabajando para evaluar si es posible su traslado. Sin embargo, aún no se ha llegado a una respuesta y Toti sigue esperando.

Hace más de 10 años, abogados y activistas por los derechos de los animales, presionan al zoológico ubicado en Guerrico para que se haga efectivo el traslado a un santuario de grandes simios donde pueda vivir sus últimos años en estado de semilibertad, acompañado de sus pares. 

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“Desde 2020, hemos visto pocos avances y enfrentado muchísimos obstáculos, pero también hemos visto un notable apoyo de la comunidad que apoya esta petición. Hoy, esperamos una respuesta de los profesionales que están evaluando su condición para que su traslado se haga realidad”, expresaron desde la Asociación Neuquen Animal Save, quienes visitaron a Toti en su cumpleaños.

“Cada vez que vamos a visitarlo, hablamos de su historia para seguir educando y difundiendo en la sociedad por qué no debemos apoyar a los zoológicos. La comunidad local ya está muy arraigada en la historia de Toti, lo notamos en cada charla y en cada mural, en cada post y en cada mensaje que recibimos”, continuaron.

“Nuestro deseo para su cumpleaños número 34 es que sea su último cumpleaños cautivo de un sistema injusto. ¡Devolvámosle la dignidad que le quitamos! Vida y cautiverio son 2 palabras que no deberían estar juntas nunca…”, concluyeron

¿Qué novedades hay en la causa Toti?

La jueza a cargo del proceso de liberación de Toti convocó a dos instituciones internacionales dedicadas a la conservación animal y ambiental para que participen con sus equipos expertos en la instancia de evaluación, diagnóstico y preparación del eventual traslado del simio a un centro o santuario para grandes primates fuera del país.

Se trata de la Fundación Franz Weber, de Suiza, y del Instituto Gane Goodall, con sede en Estados Unidos. Ambas tienen proyectos activos y referentes en Argentina.

La intervención de las instituciones, dedicadas a la investigación, educación y protección de la vida silvestre, fue ratificada en el proceso judicial luego de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación dejará firme la sentencia que ordenó el traslado. Con la firmeza de la decisión, se abrió la instancia de ejecución o cumplimiento de la sentencia en la misma Unidad Procesal de Familia N° 17 de Roca.

Sin embargo, dicho fallo indicó que los costos del traslado debían ser arbitrados y asumidos por los amparistas. Y se agregó que se debía librar los oficios al SENASA, a las Direcciones de Fauna de Río Negro y de Nación a fin de que informen los trámites, requisitos y autorizaciones necesarias para el traslado al exterior del chimpancé Toti, explicando detalladamente los pasos a seguir.

El proceso judicial por el traslado de Toti fue iniciado por la ONG Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (Afada). El chimpancé tiene representación en el proceso a través de la Unidad de Defensa de Derechos Civiles y Sociales, perteneciente a la Defensa Pública.

Estás dos instituciones llevan trabajando en Bubalcó desde el 25 de mayo y según explicaron, «en sus visitas los especialistas recabaron diversidad de información necesaria con el fin de ser procesada y evaluar el caso particular de Toti, buscando conocerlo a él como individuo. Una vez procesada la información y que se tengan evaluaciones, estimaciones o mayores precisiones se informará al expediente», señalaron.

Los equipos de ambas fundaciones deberán emitir informes y recomendaciones técnicas para el eventual traslado, además de colaborar en la gestión de un lugar de destino apropiado y viable. Ya que el chimpancé no puede ser trasladado en cualquier momento, bajo cualquier condición o a cualquier lugar. Es necesario tener en cuenta su edad, estado psicofísico y sus reales posibilidades de readaptación a un nuevo lugar, ya que ha vivido sus 34 años en cautiverio, los últimos 11 en el zoológico Bubalcó, en Guerrico.