Tras el encuentro entre Trump y Netanyahu, anunciaron un plan de cooperación para desplazar a los palestinos de Gaza

En un escenario global que observa con atención cada movimiento en el terreno diplomático, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, sostuvieron una cena que no ha pasado desapercibida. El encuentro tuvo lugar en la emblemática Casa Blanca, y puso sobre la mesa algunos de los más complejos temas internacionales, siendo el principal objetivo la tregua en la convulsa región de la Franja de Gaza.

Esta cena de alto perfil marca el tercer encuentro entre ambos líderes en este año, 2025, simbolizando una clara intención de Estados Unidos e Israel de afianzar sus lazos estratégicos. En simultáneo a esta reunión, en Qatar se llevan adelante negociaciones cruciales con el fin de lograr un acuerdo entre las autoridades israelíes y el grupo Hamás. Netanyahu y Trump muestran un frente unido, pese a las frágiles y diversas complicaciones que atraviesan este embrollo regional.

Los tópicos discutidos durante la reunión no estuvieron exentos de controversia. A principios del presente año, Trump había expuesto un plan que invita al pueblo palestino a abandonar voluntariamente el enclave de Gaza, con la intención puesta en una fase de reconstrucción. Netanyahu reforzó este planteamiento en una reciente conferencia de prensa al expresar que estas salidas solo se llevaran a cabo de manera voluntaria. Además, el líder israelí aseguró estar a punto de concretar acuerdos regionales con múltiples países árabes para acoger a estos refugiados voluntarios.

No obstante, propuestas como estas han encontrado un fuerte rechazo en países árabes vecinos, quienes han criticado severamente la idea, insistiendo en que se trata de una suerte de limpieza étnica encubierta. Estas naciones enfatizan que tal movimiento podría enterrar para siempre la esperanza de una solución de dos Estados que tanto ha resonado en la arena internacional.

Interrogado sobre su postura actual respecto a un Estado palestino, un tema históricamente avalado por Washington, Donald Trump se mostró evasivo, respondiendo con un enigmático “No lo sé”. Netanyahu, por su parte, se mostró más firme, abogando por un control israelí permanente sobre la seguridad en territorios palestinos y limitando la autonomía total que puedan tener los palestinos en este ámbito.

En un giro inesperado durante la cena, Netanyahu anunció su intención de postular a Donald Trump para el Premio Nobel de la Paz, destacado como un reconocimiento merecido por la mediación de Trump en diversas crisis alrededor del mundo. El presidente estadounidense viene defendiendo abiertamente su rol como pacificador en conflictos de relevancia global, ya sea a través de sus gestiones entre Irán e Israel, India y Pakistán, o República Democrática del Congo y Ruanda.