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Trump puso al teléfono a Elon Musk en la primera llamada con Zelenski tras ganar las elecciones | Elecciones USA

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Elon Musk fue el interlocutor sorpresa de la conversación que mantuvo Donald Trump con el presidente de Ucrania el pasado miércoles, en la que Volodímir Zelenski felicitó al republicano por su victoria en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Así lo ha desvelado este viernes el digital Axios y lo han confirmado otros medios estadounidenses. La presencia en la conversación de Musk, el hombre más rico del planeta, es un nuevo signo de lo influyente que puede llegar a ser durante el segundo mandato de Trump, en el que el presidente electo cuenta con él para acometer una reforma drástica de la Administración.

La posición de Trump con respecto a Ucrania preocupa a los aliados de la OTAN. Como candidato llegó a decir que resolvería la guerra de Ucrania en un día o incluso antes de tomar posesión. Muchos temen que, dada la relación que mantiene con el presidente ruso, Vladímir Putin, eso sea a costa de forzarle a ceder territorio bajo la amenaza de cortarle la asistencia militar. Trump ha criticado insistentemente los paquetes de ayuda facilitados por Estados Unidos. El Gobierno de Biden busca la forma de hacer llegar a Ucrania toda la ayuda militar posible antes del 20 de enero, cuando se producirá el relevo en la Casa Blanca.

A su vez, Ucrania es muy dependiente de la conectividad que le proporciona Starlink, la red de satélites de SpaceX, compañía de Elon Musk, que ya ha sido motivo de polémica en el pasado. Además, recientemente se supo que el hombre más rico del mundo ha venido manteniendo contacto con el Kremlin en los últimos años. Tras ellos, Musk comenzó a divulgar posiciones más alineadas con las de Rusia. Empezó a quejarse de que SpaceX estaba perdiendo dinero financiando terminales en Ucrania, se mostró crecientemente crítico con la ayuda a Kiev y defendió propuestas de paz que colmaban algunas de las aspiraciones rusas, incluida la de que Ucrania reconozca la soberanía rusa sobre la península de Crimea.

El año pasado trascendió que el multimillonario rechazó en 2022 una petición para que sus satélites de comunicaciones Starlink facilitaran un ataque de Ucrania contra la flota militar rusa del mar Negro. El magnate lo confirmó en su red social: “Recibimos una petición de urgencia de las autoridades gubernamentales para activar Starlink hasta Sebastopol. La intención evidente era hundir la mayor parte de la flota rusa atracada”, escribió el empresario. “Si hubiera aceptado su petición, SpaceX sería explícitamente cómplice de un acto de guerra mayor y de una escalada del conflicto”, añadió.

Las fuentes citadas por Axios aseguran que Zelenski se sintió algo tranquilizado por lo que escuchó del presidente electo. También indican que la llamada duró unos 25 minutos. En ella, sin dar detalles, Trump aseguró que apoyará a Kiev, pero no entró en los supuestos planes del presidente electo para acabar con la guerra por la vía rápida. Musk también señaló que continuará prestando el servicio de conectividad vía satélite a través de Starlink, que ha sido fundamental para su defensa.

En septiembre, Trump se reunió con Zelenski en Nueva York, momento en el que hablaron de la guerra con Rusia y de una posible vía diplomática para ponerle fin. “Te prometo que serás feliz conmigo”, le dijo Trump a Zelenski, según Axios, durante esa reunión, a la que asistió el exembajador de Estados Unidos en Alemania Richard Grenell, posible candidato de Trump a secretario de Estado o a otro alto cargo de su Administración que implique un papel destacado en la relación con Ucrania.

El papel de Musk

Es en todo caso inusual que en una llamada como la del miércoles entre dos jefes de Estado (aunque Trump aún no haya tomado posesión) participe un empresario. Musk ha sido uno de los protagonistas inesperados de la campaña de las presidenciales. Ya en mayo se supo que Trump contaba con él para su equipo si este ganaba las elecciones. Más adelante, el propio candidato confirmó que le encargaría una reforma “drástica” de la Administración si resultaba elegido. Incluso en la junta de accionistas de Tesla de junio, Musk habló de su relación con el republicano, y de cómo le llamaba a veces. “Me llama sin motivo. No sé por qué, pero lo hace”, dijo.

El magnate nacido en Sudáfrica donó en el tercer trimestre 75 millones de dólares (70 millones de euros) a una organización creada por él mismo, America PAC, para impulsar la campaña de Trump, aunque luego la cuenta superó los 120 millones. Pidió abiertamente el voto para Trump tras el intento de asesinato en Butler (Pensilvania). En ese mismo lugar participó por primera vez en un mitin junto a él a un mes de las elecciones y se sumó sin rubor a sus bulos sobre inmigración, libertad de expresión y armas.

Musk continuó después haciendo campaña en solitario, especialmente en Pensilvania, con unos mítines en los que se mezclaba la política con los viajes a Marte. En uno de ellos se sacó de la chistera unos supuestos sorteos de un millón de dólares para votantes registrados que desataron polémica. El Departamento de Justicia le advirtió de que podían ser ilegales, pero hizo oídos sordos. El fiscal de Filadelfia presentó una demanda para pararlos sin éxito y los abogados de Musk reconocieron entonces que en realidad no eran al azar, sino que se elegía a los ganadores.

Fue tan activo en la búsqueda del voto para Trump y en la propagación de bulos que hasta el presidente, Joe Biden, se refirió a su supuesta condición temporal de inmigrante ilegal cuando era estudiante y se puso a trabajar sin visa para ello. Musk siguió haciendo campaña con Trump, incluido el mitin del Madison Square Garden, en Nueva York, y acompañó al republicano en la fiesta de celebración de su victoria electoral.

La comisión de eficiencia del gasto público que aspira a liderar el magnate tiene como objetivo evitar el exceso de regulaciones. Eso puede favorecerle tanto en el desarrollo de sus coches autónomos (donde ha tenido choques con las autoridades actuales) como en el lanzamiento de sus cohetes. De alguna forma, puede convertirse en el regulador ―o desregulador― de los reguladores. En una conferencia con analistas de presentación de los resultados de Tesla, dejó claro que se favorecerá a sí mismo creando una vía más sencilla para la aprobación federal de los vehículos autónomos en lugar de las complicadas normativas estatales que existen ahora. Las acciones de la empresa de coches eléctricos se han disparado en Bolsa tras la victoria de Trump y la empresa ha superado el billón de dólares de capitalización por primera vez desde 2022. Mientras, sus compañías seguirán teniendo jugosos contratos con la Administración.