El magnate fue declarado culpable de 34 cargos en mayo, pero sus abogados le pidieron al juez que anule la condena o desestime el fallo para que pueda gobernar.
Un nuevo capítulo de tensiones se abre en la saga judicial del expresidente Donald Trump, luego de que el juez Juan Merchán, de Nueva York, decidiera postergar la resolución sobre la posible anulación de su condena. Este giro en el ya intrincado proceso judicial llega tras una moción de la defensa de Trump, la cual sostiene la teoría de que su posible regreso al puesto presidencial le confiere una inmunidad que debería, en teoría, prevenir el cumplimiento de condenas actuales.
El trasfondo de este caso tiene raíces en la controversia que surgió tras las elecciones, dado que Trump celebró una significativa victoria que podría alterar el escenario político actual. Sin embargo, esto también enciende el debate sobre los límites de las inmunidades presidenciales y las consecuencias legales que pueden derivarse de hechos ocurridos antes de asumir nuevamente un mandato.
La condena de Trump, que se basa en cargos de falsificación de documentos asociados a un acuerdo significativo con Stormy Daniels, lleva tiempo trayendo repercusiones en el ámbito político y judicial. Este acuerdo, cuyo escenario fue el silenciamiento de una presunta relación extramarital, se entrelaza ahora con la perpetua atención mediática y los análisis jurídicos de expertos en todo el país.
En detalle
Trump fue encontrado culpable en mayo de 2024 por el pago de 130 mil dólares a la actriz porno Stormy Daniels en 2016 para comprar su silencio durante la primera campaña presidencial del republicano. Un jurado popular lo condenó y ahora ese fallo está en suspenso. El juicio que se resolvió en mayo de 2024 resultó en una condena histórica: por primera vez un expresidente de Estados Unidos fue hallado culpable de un delito.
A medida que el calendario avanza hacia la fecha crítica del 19 de noviembre, la defensa liderada por Emil Bove continúa trabajando intensamente para tratar de convencer al juez de que el estatus actual de Trump justifica una revisión radical de su condena. Mientras tanto, el país aguarda con expectación el desenlace de un caso que podría modificar drásticamente el camino político de Trump y su posible retorno al liderazgo nacional.
Con la posibilidad de enfrentar hasta cuatro años de cárcel, aún existen especulaciones de que el juez Merchán podría optar por medidas menos severas, en consonancia con algunos aspectos de la ley que ha mostrado cierta flexibilidad en casos similares. Este posponer de la decisión añade una capa más de complejidad a un proceso ya prolongado, cuya resolución definitiva sigue siendo un misterio para todos los involucrados.
