Mientras los impulsores del hotel cinco estrellas aseguran que el emprendimiento cuenta con aval municipal, las organizaciones barriales acusan un “contubernio” entre funcionarios e inversores y advierten que se está destruyendo una reserva natural.
Una de las imágenes de la obra, difundida por los vecinos.
Vecinos y organizaciones civiles del oeste de Bariloche volvieron a manifestarse con dureza contra el proyecto inmobiliario CAUMA, que prevé la construcción de un hotel cinco estrellas en las inmediaciones del Lago Morenito, Laguna Ezquerra y Laguna El Trébol. Lo hicieron a través de una carta pública enviada a El Cordillerano, en respuesta a un comunicado emitido por los promotores del desarrollo turístico, quienes afirmaron que “el proyecto se ajusta a los distintos códigos de edificación y planes de desarrollo urbano” y cuenta con aval de la actual y la anterior gestión municipal.
Los vecinos agrupados en el colectivo Pro Reservas Naturales Urbanas rechazaron esas afirmaciones y advirtieron que se ven “compelidos a contrarrestar toda esa falsa información” porque el proyecto “viola todas las normativas que amparan a las reservas naturales urbanas”. Según señalaron, el emprendimiento no cuenta con licencia social, afecta un área de altísima sensibilidad ecológica y se aprobó sin audiencia pública ni participación vecinal, como lo exigen las ordenanzas vigentes.
“Este proyecto es oscuro desde sus orígenes y su futuro también lo es”, expresaron. La crítica se centra en que se pretende avanzar con la construcción de un complejo hotelero de 8.600 metros cuadrados, con dos muelles, un restaurante para cien personas y piletas de natación, en un predio de seis hectáreas atravesado por un humedal, y que forma parte del bosque nativo andino patagónico.
Desde hace cinco años, los vecinos vienen exigiendo la paralización de la obra ante el Ejecutivo municipal, el Concejo Deliberante y el Tribunal de Contralor, sin obtener respuestas. Aseguran que los expedientes que habilitaron el proyecto están viciados de irregularidades, entre ellas, la falta de documentación sobre la titularidad de las tierras —que fueron adquiridas en 1988 por el jerarca nazi Erich Priebke— y la omisión del dictamen de la Comisión Mixta, instancia obligatoria para este tipo de iniciativas.
“El exintendente Gustavo Gennuso habilitó el proyecto tres días antes de dejar su cargo, sin audiencia pública ni consulta ciudadana”, remarcaron. Y agregaron que desde entonces no se han convocado más reuniones de las Comisiones Mixtas, lo que convierte en irregulares todos los expedientes aprobados desde hace cinco años.
También cuestionaron el rol del actual miembro del Tribunal de Contralor, Damián Vila, a quien señalan como impulsor del proyecto y presunto apoderado del predio en cuestión, sin que exista documentación que lo respalde en el expediente oficial. Advirtieron además que Vila está siendo actualmente cuestionado en el caso NAVTOUR, una causa en la que se investigan presuntas irregularidades en otro emprendimiento turístico vinculado a la cesión de tierras fiscales, lo que a juicio de los vecinos “pone en duda su imparcialidad y su ética para ejercer un rol de control sobre proyectos como el CAUMA”.
Finalmente, recordaron que ni la Comisión de Turismo y Medioambiente del Concejo, ni la Defensoría del Pueblo, ni el propio Tribunal de Contralor desmintieron los cuestionamientos. “Por el contrario, todos han solicitado al Poder Ejecutivo que detenga la obra”, subrayaron.
