Las imágenes que llegan desde Filadelfia hacen recordar a las películas o series de zombis. Tres jóvenes están virtualmente doblados en dos. Uno está sentado y se sostiene con las manos aferradas al borde de un escalón para no caerse. Los otros dos están apenas de pie y con sus manos casi tocan el suelo o sus rodillas.
Estas tres personas cabeceaban y colapsaban lentamente hacia el suelo tras consumir fentanilo, sustancia conocida como la “droga zombie”, y el video se tornó viral en redes sociales recientemente.
La grabación fue realizada en Filadelfia, ciudad de Pensilvania (EE.UU.) y acumuló millones de visualizaciones en reacciones. En esta se observa a los usuarios del potente opioide quedar aletargados y moverse con la mirada hacia abajo, temblando en medio de una vereda llena de desechos.
En junio de este año, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicó un comunicado en el que advertía sobre las “consecuencias desastrosas” que genera la venta de drogas sintéticas, acotando que el fentanilo, el opiáceo sintético mucho más potente que la heroína, “ha modificado radicalmente el consumo de opioides en América del Norte”.
Se trata de una verdadera epidemia
Este video muestra un día “normal” en alguna calle perdida de la ciudad estadounidense. Son consumidores de drogas, especialmente el peligrosísimo fentanilo o la xilacina, un sedante animal que provoca este tipo de graves efectos entre los adictos. O de una droga combinada que potencia sus efectos.
La situación es tan dramática que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) prohibió la importación de medicamentos que contengan esta sustancia.
Aunque la xilacina no es tan mediática como el fentanilo -una sustancia que según las autoridades está ampliamente extendida y deja 100.000 muertes al año en el país-, la xilacina se diseminó en barrios como Kensington, en Filadelfia, considerado como uno de los mayores mercados abiertos de drogas al aire libre de la costa este.
Aunque no hay datos oficiales claros de sus consecuencias letales, esta sustancia se ha encontrado en el 26 % de las muertes por sobredosis de drogas en Pensilvania.
El nombre callejero de la xilacina es “tranq”. El fentanilo cortado con xilacina se llama “tranq dope”.
Sus efectos son la sedación y euforia, pérdida del conocimiento y amnesia. Una de las consecuencias más visibles de la xilacina, según la FDA, son las “heridas graves en la piel, parches de tejido muerto y en descomposición que se infectan fácilmente y, si no se tratan, pueden provocar una amputación”.
